Hidratar la piel es importante, siempre. Pero, al exponerla a las radiaciones solares, especialmente durante largos períodos de tiempo, lo es aún más.

Una piel sana necesita agua, tanto en su capa menos profunda (epidermis) como en su capa inmediatamente inferior (dermis). Cuando nuestra piel mantiene unos niveles de agua adecuados, su correcta elasticidad y función protectora hacen que presente un aspecto bonito y saludable.

Al contrario, cuando nuestra piel no está lo suficientemente hidratada, se torna frágil, áspera y más propensa a sufrir daños.

Las radiaciones solares y la falta de agua son los dos principales enemigos de nuestra piel, suponen la descomposición de su colágeno y de su elastina, y la consecuente aparición de arrugas y escamas.

La hidratación de la piel, por lo tanto, es fundamental para mantenerla joven y sana.

 

¿Qué debo usar para hidratar la piel? ¿crema hidratante o aftersun?

 

Existen varias formas de hidratar la piel después de exponerla a las radiaciones solares.

Lo primero que aconsejan los profesionales sanitarios es darnos una ducha con agua tibia o fresca y geles sin sulfatos, con pH ácido menor de 5.5 y sin perfumes, con el objetivo de calmarla.

Después, realizar una limpieza de cutis con agua micelar, tónico, bruma hidratante o agua celular, que eliminará cualquier resto de crema, sal o cloro, y ayudará a nuestra piel a relajarse tras horas de exposición.

No exfolies tu piel después de haberla expuesto a radiaciones ultravioleta, podrías agravar el problema.

Una vez limpia, llega el momento de hidratar la piel y devolverle toda el agua perdida, prolongando su bronceado. En este punto, llega el momento de escoger entre crema hidratante o aftersun.

Si la exposición a las radiaciones ha sido indirecta y de corta duración, optemos por cremas hidratantes con inositol, tirosina o psoraleno; si dejamos la crema en la nevera durante un minuto, la sensación refrescante será mayor.

Si hemos permanecido un largo período de tiempo expuestos directamente a las radiaciones solares, lo más apropiado es aplicar una cantidad generosa de aftresun por todo el cuerpo, para desinflamar y aliviar el ardor.

El aftersun incluye antirradicales libres y calmantes que reparan, rehidratan y fortalecen la piel, mediante componentes reparadores y calmantes como: menta, caléndula, aloe vera, d-pantenol (vitamina b5) o alfa-bisabolol (manzanilla).

Si nos hemos quemado, a parte de los pasos mencionados, es conveniente extender un poco de aloe vera (en extracto o loción) o crema de urea, directamente en la zona afectada.

 

Otros productos para el cuidado de la piel

 

Además de cremas y geles de protección solar, o lociones y cremas aftersun, existen otros productos para el cuidado de la piel.

El primero es el agua. Beber dos litros de agua al día es imprescindible para mantener una correcta hidratación, tanto de la piel como de nuestro organismo.

También existen alimentos ricos en vitamina E que pueden ayudarnos a cuidar la piel después de una exposición prolongada a radiaciones solares, como: verdura de hoja verde, frutos rojos, frutos secos, semillas, la granada, el té verde o la soja.

Los fotoprotectores orales son pastillas que defienden nuestra piel de los rayos ultravioleta, usando plantas medicinales antioxidantes y estimuladoras de los mecanismos de reparación cutánea.

Estas pastillas no deben usarse como sustitutivo a los protectores solares, sino como complemento, y suelen usarlo grupos de personas que están dentro de la población de alto riesgo, por su crítica exposición a las radiaciones solares.

Para culminar nuestra rutina de cuidado de la piel, tenemos a nuestra disposición mascarillas y sérum con vitamina C, que tienen propiedades iluminadoras, de formación de colágeno y de protección contra la formación de radicales libres.

Y, si nos preguntamos cómo protegernos contra las radiaciones solares si hemos de utilizar maquillaje a diario, los cosméticos fotoprotectores son la solución perfecta. En la farmacia encontrarás cremas humectantes, lápices de labios y bases de maquillaje con protección solar incluida.

Finalmente, con el objeto de conseguir un cuidado integral contra los efectos nocivos de las radiaciones solares, no olvidemos los protectores solares para el pelo. Claves para impedir el paso de la radiación ultravioleta a nuestro cuero cabelludo, prevenirnos contra enfermedades perjudiciales y para evitar la reducción de la solidez de nuestro pelo y su consecuente decoloración.

 

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